Mi querida hermana Eucaris, cada 28 de diciembre mi corazón se inunda de alegría y nostalgia al evocar tu cumpleaños. Desde niños, siempre aguardábamos con ilusión esta fecha, porque llegaba repleta de traviesas inocentadas, y tú eras el centro de todas ellas. Aún sonrío al recordar tu expresión cuando abriste aquella cajita finamente sellada que escondía un sapo: ¡vaya susto te llevaste! Aquella escena quedó grabada en la memoria familiar como una de las anécdotas más divertidas.

Pensar en esos días me transporta a nuestra entrañable Casa Bella Vista, enclavada al pie de la meseta, desde donde observábamos nuestro querido pueblo nata l—La Playa de Belén—. Siento la misma emoción de aquel entonces, cuando compraste la enorme Radiola marca “Nivíco” con tu primer sueldo como profesora y que se convirtió en el corazón musical de tantas reuniones familiares.

Recuerdo cómo sus notas retumbaban por la Vereda La Rosa Blanca, llenando de vida cada rincón. De inmediato, mi mente se llena de melodías de excelentes orquestas: “Los Melódicos” de Renato Capriles con su alegre “Una finca tengo yo, que cruza una quebrá, que me la dejó papá, el día que se murió…”, las canciones de “Los Ocho de Colombia” —¡aunque eran como diez! —, las tonadas de Alfredo Gutiérrez con su “…Tienes los ojos indios como me gustan a mí…” y el irresistible ritmo de Nelson Henríquez y sus Estrellas entonando “Nube viajera que te vas llorando, Bañando con llovizna la Pradera…”.

Las parrandas se prolongaban hasta el amanecer, mientras la brisa fresca nos acariciaba y se oían las voces de Juan Abel, Yolima, Bernardo y tú, mi adorada Eucaris, interpretando las canciones del Dueto Miseria: “Aquí traigo un sentimiento que me agobia, y que me mata, de acordarme de la ingrata que trató de abandonarme, no quisiera ni acordarme… Yo le pregunté a la Palma que, si estaba en el floreo, pa'mandarle por correo cuatro suspiros del alma, pobrecita de la Palma…”
Nada se compara con la felicidad de compartir esos momentos contigo. Verte sonreír, disfrutando de cada travesura, de cada baile y de cada acorde musical, reforzó mi certeza de que los lazos fraternales son un tesoro invaluable. Cada detalle—desde el brillo de tus ojos hasta la más leve expresión de gozo—alimenta mi amor por ti y lo hace crecer día a día.

Hoy, a pesar de la distancia entre Dublín —Irlanda— y Bucaramanga —Colombia—, la magia del mundo digital nos acerca. Recuerda que, por encima de todo, lo esencial es ser plenamente felices y forjar nuestro hogar allá donde la vida nos lleve. En esta fecha tan especial, deseo reafirmarte lo importante que eres: un pilar de alegría, complicidad y amor incondicional.

Que la inocencia y la emoción que siempre nos unieron conserven la luz en tu corazón. ¡Feliz cumpleaños, mi adorada hermana Eucaris! Que la magia de este día permanezca para siempre en nuestros recuerdos.

Ellos, son la razón de ser y los amores eternos de mi querida hermanita. Por eso está radicada desde hace más de diez años en Dublín – Irlanda.

Eucaris, vive la vida en la máxima expresión de la felicidad y disfruta de tus amados nietos. Saludo, fraterno para mi sobrina ahijada Adriana, su esposo Milosz, sobrinos nietos Mateo y Sophie.

¡Feliz cumpleaños en el día de los Santos Inocentes…!

Luís Mariano Claro Torrado
Bucaramanga, diciembre 28 de 2024 

Lmclaro43@gmail.com /Ceborucos58@gmail.com