AMIGO, PAISANO Y PROTECTOR

Jesùs Alonso Velàsquez Claro

Puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que no ha existido hasta hoy un playero que haya querido, defendido, protegido e investigado tanto sus raíces, como GUIDO ANTONIO PÉREZ ARÉVALO, el más raizal de nuestros paisanos en las últimas décadas. Dueño de una profunda sensibilidad y de un inefable aprecio por su región, ante puso el interés por La Playa de Belén, muchas veces a expensas de su propio perjuicio, siempre con ese anhelo ferviente de servirla y enaltecerla para sentirse tan bien como en aquella frase de Booker T. Washington “Aquellos que son más felices son los que hacen más por otros.”

En medio de esa pléyade de paisanos inmensamente grandes, su nombre es dueño de todos mis afectos, no sólo por haber sido el primero en creer, apoyar y difundir mis modestas capacidades literarias, sino por sus inconmensurables aportes a la cultura, a la educación y sobre todo a la construcción de nuestra identidad histórica, a nivel de las más altas esferas del poder, municipal, departamental, nacional y finalmente a nivel global, pues su sitio web en la internet, nos ha permitido desplazarnos y ser reconocidos a lo largo y ancho del orbe, con las denominaciones de Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional y Área Natural única Los Estoraques. El Dr. GUIDO ANTONIO PÉREZ ARÉVALO, ha sido el más amoroso y sensitivo de los playeros dispersos a lo largo y ancho de nuestra geografía. A él todo el respeto, todo el agradecimiento, todo aplauso por haber sido un verdadero embajador de nuestras costumbres y sobre todo, por haber sido motor y alma en la reconstrucción de nuestro tejido histórico. El futuro jamás nos absolvería si hoy, no se estuviese llevando a cabo este merecido reconocimiento a uno de los hijos más ilustres de La Playa de Belén.

Mi vida desde sus albores, siempre estuvo ligada a la suya. En un comienzo guiada por una expresión que fue como su tarjeta de presentación y la cual acompañaría y estimularía todos los actos de mi vida: “Creo en el hombre, autor de su destino”. Y esa creencia en mi, ese estímulo permanente comenzó justamente un dos de enero de 1974, en la inauguración de la Biblioteca Pública de nuestro municipio, obra cultural debida a sus denodados esfuerzos por mostrarle a la comunidad el mejor vehículo para salir del oscurantismo y la ignorancia: Los libros. Ese día, justamente, nos conocimos personalmente y la empatía que produjo ese encuentro, serviría para afianzar una amistad que logro consolidarse con el paso de los días y los años. Ese dia inolvidable, entonamos con María Elena Pérez (NENA) una de mis primeras canciones: “somos de La Playa” y un poema titulado “Problemas de la estética contemporánea”, el cual caló tan profundo en su sensibilidad que me lo pidió se lo entregase y con orgullo de paisano, lo mostró a sus amigos intelectuales y poetas María Ofelia Villamizar y Jairo Aníbal Niño. A Guido le debo entonces, desde aquel día, su personal bautismo como poeta.

Pasados los años, más exactamente a finales de Diciembre de 1977, fui citado a la oficina de Telecom para recibir una llamada de Cúcuta. Al otro lado de la línea volví a escuchar su voz y ese primer “Hola poeta, como ya se graduó de bachiller, considero que usted debiera venirse para Cúcuta para ver en qué lo puedo ayudar”. Me sentí aturdido en ese momento, pues estaba hablando ni más ni menos que con el Director Regional de ICETEX, para los Departamentos de Norte de Santander, Santander y Arauca. Iniciando el año de 1978 llegué a la Capital del Departamento, más exactamente a la residencia de Don Tarsicio Claro Peñaranda y su esposa, Doña Yolima Sánchez, quienes me brindaron muy amablemente el hospedaje. ICETEX (Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior) Rezaba el imponen letrero, ubicado en una torre de oficinas de la Avda. 6ª. Entre calles 10 y 11, a un costado del Parque Santander. Llegué a dicha oficina en busca de mi amigo Guido, quien me manifestó que en ese momento no tenía un puesto específico para darme, pero que podía comenzar como radicador de correspondencia. Posteriormente pasé a la Sección de Becas Nacionales en donde permanecí un tiempo muy corto, pues la procacidad de mis columnas en un periódico que fundamos con mi amigo (TESTIMONIO), me llevaron a tener que renunciar a ese que era mi primer trabajo importante. A partir de aquel momento regresé a mi tierra, con el consabido dolor de mi amigo por no haberse podido cumplir el plan trazado. Al margen de este párrafo, vale la pena comentar una anécdota, la cual da cuenta de su incomparable personalidad y su sentido de la responsabilidad. En alguna de las muchas tertulias a las que asistimos y mediante las cuales pretendía relacionarme con amigos suyos pertenecientes a la élite cultural y literaria de la Cúcuta de entonces, sucedió que la celebración fue un domingo por la tarde y al otro día llegó a la oficina preguntando por la hora de mi llegada, ante la respuesta de la secretaria, sus piró aliviado y en seguida me ordenó acercarme a su oficina. Me advirtió que una cosa era nuestra amistad personal y otra muy diferente, nuestra relación de jefe y empleado, por lo tanto la disciplina en mi actuación la vería de una forma más estricta que con los demás. “Por fuera de la oficina, usted seguirá siendo mi amigo y discípulo…”

Durante 8 años, viví en la calurosa Barrancabermeja, desde donde nació un epistolario a través del cual me enteraba de sus logros y realizaciones, sobre todo de sus buenos oficios en la consecución de recursos para su pueblo y específicamente, para el Colegio Fray José María, del cual fue un permanente benefactor. Un 28 de Diciembre de 1983, llegó a mis manos un telegrama que rezaba: “ORGANIZACION DE INTEGRACION Y DESARROLLO MUNICIPIO DE LA PLAYA DE BELEN COMA INFÓRMALE DISTINCIÓN RAMILLÓN DE ORO LE SERÁ ENTREGADA 30 DICIEMBRE PRESENTE AÑO PUNTO FAVOR CONFIRMAR ASISTENCIA PUNTO GUIDO PEREZ ARÉVALO PRESIDENTE OID” Una vez más el amigo de siempre que adivinaba mis crisis, acudía solícito a mi rescate. Ante estas acciones, es imposible no guardar lealtad y agradecimiento para quien tanto bien nos hace y así lo patenté en la dedicatoria de mi primera obra literaria, “A golpe de versos”:

“Dedico esta modesta obra a mi maestro y amigo, DR. GUIDO ANTONIO PÉREZ ARÉVALO, siempre presente en el momento justo, en el lugar necesario y a la hora precisa. A él, mecenas silencioso y cómplice confeso de mi quehacer literario. A él que cuando comprendió que no sólo del estro vivía el hambre, me rescató de los dédalos de la insidia y el oscurantismo y me condujo hasta puertos seguros, desde donde sigo rubricando con versos la nostalgia!”

Muchas lunas pasaron, muchos soles brillaron y muchas obras impulsó mi amigo en su fructífera carrera por este mundo de angustias y alegrías: Desde la Dirección de ICETEX, las escuelas del Norte de Santander, Santander y Arauca y un sinfín de estudiantes de primaria y secundaria, sobre todo de la Provincia de Ocaña, se vieron beneficiados con el programa de becas nacionales que manejaba dicha institución. Emprendió también en dicho periodo, una campaña denodada en pro del Colegio Fray José María Arévalo y gracias a su gestión ante el Instituto Colombiano de Construcciones Escolares (ICCE) en cabeza de Mario Lank Valencia, se firmó el 22 de Julio de 1980, el convenio para la construcción de las tres primeras aulas, en el sitio denominado “Los Indios”. No en vano la Gobernación del Norte de Santander, le otorgó su máximo galardón por sus servicios prestados a la juventud del Departamento.

Como Secretario de Hacienda Departamental, gestiona ante el Fondo Educativo Regional (FER), la aprobación del 5° año de Bachillerato (hoy décimo) y posteriormente obtiene recursos para la dotación del laboratorio de física y química, imprescindibles para el funcionamiento del nuevo grado de bachillerato.

Publicó cinco libros: "La Playa de Belén", "Barriletes", "Colegio San Luis Gonzaga Cien años de historia", "Temas de historia" y "Chinácota. Encuentros con la historia"; el primero, es una monografía, el segundo, una recopilación de artículos publicados en periódicos y revistas, el tercero, la historia del Colegio San Luis Gonzaga de Chinácota, el cuarto, contiene nuevos aportes a la monografía de La Playa de Belén, una breve monografía del municipio de Hacarí y un epistolario eclesiástico de varias parroquias de la Provincia de Ocaña; el quinto, publicado en diciembre de 2011, es un buen encuentro de Chinácota con la historia. Participó, con la reseña histórica, en la publicación de la obra, La Playa de Belén (Pueblos), dirigida y editada por Letrarte de Bogotá, en octubre de 2012.

Fundó y dirigió el periódico Noticias Playeras, órgano de información de la Colonia Playera residente en Bogotá. Fue presidente del Consejo Editorial del periódico El Norte, que circuló en Cúcuta bajo la dirección del poeta Gustavo Gómez Ardila. Fue columnista invitado de la revista Saltamontes. Publica artículos, ocasionalmente, en el Diario "La Opinión" y en la Gaceta Histórica de la Academia de Historia del Norte de Santander. Fue el creador de la página web, www.laplaya debelen.org, la dual puso al servicio de paisanos, amigos y admiradores, tratando desde su inmenso cariño, todos los temas atinentes a la historia de nuestro terruño, así como su posicionamiento a nivel local, provincial y nacional. También se suma a la cuenta de sus grandes logros, la creación de la página web del municipio de Chinácota y del Centro de historia de La Playa de Belén.

Fue Miembro de Número y director de la Gaceta Histórica de la Academia de Historia de Norte de Santander, Miembro Correspondiente de la Academia de Historia de Ocaña, Miembro Correspondiente de la Academia de Historia del Estado Táchira, de la República Bolivariana de Venezuela. Fue cofundador y presidente del Centro de Historia de Chinácota; fue cofundador y presidente del Centro de Historia de La Playa de Belén y Miembro de la Sociedad Bolivariana de Norte de Santander.

Fueron múltiples y generosamente reconocidos los méritos que tuvo en cada una de las funciones desempeñadas por lo que sucintamente resalto las siguientes distinciones:

*Durante su paso por la dirección regional de ICETEX, la institución recibió la máxima condecoración de la gobernación de Norte de Santander por servicios prestados a la juventud del Departamento.

*Academia de Historia y la Sociedad Bolivariana del Estado Táchira, República Bolivariana de Venezuela: La Orden Honor al Mérito Bolivariano, en su Única Clase, que se confiere por "Servicios a la Ciencia, la Cultura, las Letras, la Historia y al progreso de la República". Condecoración y diploma. 5 de septiembre de 2007.

*Medalla al Mérito de la Institución Educativa Colegio San Luis Gonzaga de Chinácota. Condecoración y diploma. 11 de noviembre de 2006.

*Condecoración Ramillón de Oro, otorgada por la Administración Municipal de La Playa de Belén, por decreto 0078 del 4 de diciembre de 2012, "como máxima exaltación por los servicios prestados al municipio y por los méritos alcanzados en las disciplinas intelectuales". Dije en forma de ramillón elaborado en oro. Alcalde, Don Vólmar Ovallos Ascanio.

*Diploma de la Academia de Historia de Norte de Santander, otorgado por resolución No. 100 del 3 de diciembre de 2012, "por sus valiosos aportes a la historiografía de nuestro departamento, a la Academia y en especial a su natal La Playa de Belén". Diploma y resolución firmados por los doctores Miguel Andrade Yáñez y Gustavo Gómez Ardila.

*/Decreto No. 000814, del 28 de noviembre de 2012, de la Gobernación de Norte de Santander, que reconoce y exalta "por el compromiso constante y el tiempo dedicado a velar por el desarrollo político, cultural y social del territorio norte santandereano". Decreto firmado por el gobernador, Edgar Díaz Contreras y medalla de reconocimiento especial.

*Figura de cristal, otorgada el 4 de diciembre de 2012, por el Centro de Historia de La Playa de Belén, con motivo del Sesquicentenario, "por su invaluable aporte al desarrollo y promoción de la cultura del municipio, semillero para las nuevas generaciones y un legado a conservar".

El año de 1986, fue un año para mí de terribles afugias pues me hallaba desempleado y a la par con tan difícil situación, fallece mi madre y quedo en la total orfandad. Renace entonces, la bondad de mi amigo que para entonces fungía como Gerente de Ifinorte, entidad que a su vez era accionista del Hotel de Turismo Hacaritama de Ocaña, situación que aprovecha para lograr mi vinculación como empleado de ese establecimiento.

A partir de 1990, se retira definitivamente del acontecer político y se dedica con alma vida y corazón a ejercer sus grandes pasiones como la investigación histórica, la docencia universitaria, el cultivo de orquídeas, el avistamiento de pájaros y la más noble de todas: la del verso santo, basado en el reconocimiento a sus ancestros y en el nostalgioso recuerdo de aquel pueblo que nunca fue huérfano de sus afectos y querencias.

Más que una semblanza, este humilde escrito es el resultado de mis vivencias con el hombre probo, el amigo desinteresado, el mecenas oportuno, complementado con algunos apuntes tomados de su extensa pero nunca completa biografía. Termino con una misiva que le envié cuando me concedió la fortuna de leer por vez primera los versos que celoso guardaba en el baúl de sus recuerdos y que su modestia nunca permitió que fuesen bautizados, como Dios manda.

Girón, 27 de febrero de 2011

Dr. Guido Antonio Pérez Arévalo

Cúcuta

Apreciado amigo:

Apenas terminamos nuestra conversación telefónica, he leído, primero con atenta curiosidad, luego con sincero entusiasmo, y confieso que con cierta sorpresa también, sus versos...

Si algo me ha llamado la atención desde el principio ha sido justamente la casta sensualidad de su lenguaje poético y su enorme capacidad para transustanciarse, convirtiéndose en música.

Sus notas, en efecto, se elevan y se elevan, acaso en pos de un éxtasis que halla también en su obra una nueva formulación, heredera, no hay duda, cuanto superadora de las que en su momento realizaron María Ofelia Villamizar, Miguel Méndez Camacho, Augusto Ramírez Villamizar y otros nobles bardos de nuestra literatura norte santandereana.

“La casa mayor”, “La iscalagüera”, “Los poetas”, “El viejo”, “Esa mirada”, “Catalina”... Hay que ser muy valiente para echar a volar estas palomas blancas a un cielo plagado de buitres.

Añada, pues, a su poesía, el mérito de ir contra corriente, inmolando a la coherencia interna, los engañosos frutos de la vanidad, que es moneda de cambio en nuestra literaria república. Mi enhorabuena incondicional y mi estímulo para que nuestros paisanos y amigos, puedan tener el privilegio de conocer más de cerca de este don poético, consustancial a los descendientes de Don Francisco y Doña Juana.

JESÚS ALONSO VELÁSQUEZ CLARO ("nano") Girón Marzo 6 de 2020